Me molesta intensamente la idea de que todo esté cambiando, transformándose constantemente. Esa visión del "progreso" de todo llega realmente a desesperarme. Sueño con una utopía personal en la que por un instante todo permanezca en su sitio. La única manera en que la visión del cielo cristiano me tranquiliza es recreándolo como un lugar donde todo lo inamovible contempla eternamente el rostro de una estatua-dios también inamovible... Muy en el fondo me duele comprobar que el único cielo que podré alcanzar también cambia.
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